Conversar

Considero que no pudo haber nada más acertado que inaugurar este año conversando. La palabra conversar proviene del vocablo latín “conversari” constituido por el prefijo “con” que significa reunión, cooperación, y por el verbo “versari” que quiere decir “dar vueltas entorno”. 

En la actualidad de nuestro país nada más apropiado que reunirnos entorno a la reflexión de nuestra historia, debemos retomar los hechos tanto como sea necesario, volver una y otra vez sobre los testimonios desde diferentes perspectivas, contar cada relato mil veces, a cada persona que desee escucharlo. Debemos lograr estos círculos de palabra para atender los testimonios que esperan por ser escuchados.

Este tema nunca se agotará, nunca será redundante, porque puede que conversando sea la única forma de escribir los hechos en la memoria del colectivo, sin que corra el riesgo de borrarse de la historia oficial. No podemos simplemente cerrar el ciclo y dejar de escuchar.

No hay barrera generacional que delimite con quién se puede o no abordar la realidad, porque el conflicto y la violencia son, en Colombia, un eje transversal a nuestras vidas, y muchos, lamentablemente, lo están heredando. Los jóvenes no son apáticos al tema, son ellos quienes cuestionan el estado del país que están recibiendo en las manos.

Tuve la oportunidad de iniciar el 2019 conversando. Uno de los conservatorios llamado “Ausencia y memoria” tuvo lugar en la Biblioteca Virgilio Barco, fue conducido por Tatiana Duplat y tuvo el propósito de presentar mi libro Memento Mori que fue incluido en la colección de la biblioteca. 

El segundo fue en la semana cultural del Liceo Francés, al cual tuve el honor de ser convocada por una estudiante. Acá les comparto un poco de dichas experiencias y les dejo una invitación: sigamos reuniéndonos, conversando, sigamos escuchando sobre el dolor que algunos quieren invisibilizar, para así poder construir un país diferente. 

Algunas imágenes de Memento Mori