El cierre de un ciclo

Va concluyendo un año lleno de movimiento. Un año de logros, que estuvo cargado de retos a nivel profesional, de pruebas, de obstáculos y, por otro lado, de sucesos importantes a nivel social y político, tanto en el panorama mundial como en nuestro propio país, y que nos dejan a muchos en un terreno insólito, en estado de plena incertidumbre, donde solo queda el compromiso y la convicción de hacer bien el propio trabajo. De la mano con mi equipo humano y con los dolientes, que deciden confiar en mí sus historias de vida, emprendimos hace ya 18 años un proceso mutuo de búsqueda de verdades; somos un país que se empeña en reconocer sus heridas, aunque estos esfuerzos se vean apabullados constantemente por aquellos a quienes no les conviene que dichas verdades sean esclarecidas.

Mi camino como artista me ha enseñado a conocer la historia del país a través de los testimonios de las luchas silenciosas. Y afortunadamente, en medio de ese trasegar también me he encontrado con muchas otras personas interesadas y dispuestas a dar a conocer esos relatos, que no solo se cuentan a través de palabras, sino también a través de los gestos, de los objetos y de los espacios, a los cuales nos podemos aproximar de manera sensible a través del arte. De esta forma, exponemos nuestro propio corazón al dolor del otro, que no termina por ser del todo ajeno. Reconocemos en el otro a nuestro hermano porque nos vincula el simple hecho de ser humanos.

A estas personas que con gran convicción me han abierto las puertas de sus instituciones, dando un hogar a mis obras, y permitiendo así que le lleguen a muchos más, les debo un profundo agradecimiento, porque el arte y la memoria solo son posibles haciendo eco. Por ello quiero compartir con ustedes un breve recuento de lo que este 2018 me permitió vivir, con el anhelo de que el próximo año nos permita brillar suavemente, aclarando lo que ha quedado oculto, ensombrecido, porque finalmente el olvido es la oscuridad de la conciencia. Espero que podamos darnos a la tarea de iluminar con amor hasta los dolores más vedados, y que podamos tener siempre presente que la vida continua su marcha, transitoria, pero a la vez invencible.  

Conferencia en la Universidad Militar Nueva Granada.

Gracias profundas a Marta Inés Fierro quien me brindó la posibilidad de compartir mi trabajo con los estudiantes de medicina, un espacio que me sorprendió gratamente, porque al tratarse de un encuentro fuera del entorno artístico me hizo reflexionar acerca del papel del arte en la sociedad, su acogida y su impacto. Gracias a Marta por percibir ese punto de comunión que hay entre la sanación y el arte, y gracias a todas las personas que compartieron conmigo sus experiencias y de esta forma me permiten aprender constantemente otras maneras de comprender el duelo, la muerte, la enfermedad, pero también la alegría, el amor y la vida. 

Relicarios Buenos Aires, Argentina. Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.

Extiendo un profundo agradecimiento a todas las instituciones que hicieron de esta exposición, un gran reto, algo posible: Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura; Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH); Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti; Secretaría de los Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Argentina, Lannan Foundation y Cancillería, Embajada de Colombia en Argentina.

Y por supuesto, quiero agradecer a todas las personas y al enorme grupo de trabajo que hizo parte de esta experiencia: Rubén Chababo; Patricia Tappatá, Directora del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH); Graciela Karababikian, Directora de Programa del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH); Alex Kurland, Director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti; Eduardo Feller, Sub-Director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti y a Pablo Wiznia, Asesor del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH). Al equipo de producción: Natalia Uccello, Paula Uccello y Pablo Wisznia. Al equipo de montaje: Fernando Brizuela, Luciano Carbati, Donato Leon, Martín Sandoval, Lucas Alvarez y Rodrigo Riquelme. A Gabriel Caputo por la adaptación técnica de la obra, y al equipo de iluminación compuesto por: Flor Bengolea, Santiago G. Toribio, Alexis N. Mansilla, Andrés A. Mansilla y Pablo G. Brites.

Gracias infinitas al público en general de Buenos Aires por asumir Relicarios como una obra que habla de su propia historia.

CONVERSATORIO EN LA FILBO: "ARTE, MEMORIA Y ARCHIVOS. REFLEXIONES PARA EL MUSEO DE MEMORIA HISTÓRICA DE COLOMBIA".

Agradezco al Centro Nacional de Memoria Histórica y a su director, en ese momento, Gonzalo Sánchez, que en el marco de la Feria del Libro de Bogotá (FILBO) 2018, me brindaron la oportunidad de conversar con Víctor Vich, Sandra Arenas, Rubén Chababo y los asistentes, algunos de ellos dolientes por la violencia y el conflicto, acerca de la memoria histórica como elemento articulador entre el arte y los archivos. Gracias porque desde las ciencias sociales y sus espacios académicos se hace posible reconocer el arte como un factor de transformaciones sociales.

Sudarios Cartagena. Santuario San Pedro Claver, Sede de los Derechos Humanos en Colombia.

Un profundo agradecimiento al padre Jorge Camacho por interesarse en mi obra y llevarla a este espacio cargado de historia y de significado para la reivindicación de los Derechos Humanos. Al equipo de montaje liderado por Salim Osta Lefranc, director del Grupo Conservar, y a su equipo de trabajo Manuel Acosta, Henry Osta y Manuel Perez. Al hotel Santa Clara que auspició el planchado de los Sudarios, a las manos de Yenis Garrido, Harol Torres, Jaszmín Cuellar, Gilmar Ochoa y Faber Mata, el equipo de lavandería que recibió la obra con tanto cariño y cuidado. Agradezco también a Yeidis Bobadilla por su gestión y a los padres jesuitas Mauricio Moreno, Carlos Ossa, Luis Ortíz, Carlos Franco Revelo, Álvaro Gutierrez, Tulio Aristizábal que me acogieron con tanta calidez.

Entrega de la edición 1/3 de los dípticos fotográficos de RELICARIOS a la Biblioteca Latinoamericana de la Universidad de Tulane

Gracias a la Universidad de Tulane y muy especialmente a Hortensia Calvo, directora de la Biblioteca Latinoamericana que consideró la importancia de conservar los Relicarios como un archivo que pudiera preservarse en el tiempo. Gracias a su gestión los 165 Relicarios han quedado resguardados para la posteridad en forma de dípticos fotográficos (330 fotografías) que dan cuenta de la obra desde una perspectiva frontal y otra lateral. Al archivo, además, se suman fotografías que registran el proceso de recepción de los objetos, de trabajo psicosocial con los dolientes y del proceso creativo. Gracias por salvaguardar un punto de vista del conflicto de nuestro país, a través de una obra artística que comienza a realizarse en una Colombia en conflicto y que termina, tras siete años de trabajo, en una Colombia que ha atravesado un proceso de paz y que persevera en sus intentos por construirse desde perspectivas diferentes a la violencia.

Gracias por acoger a Relicarios entre los más de 420 mil volúmenes de colecciones que contiene esta biblioteca, donde están resguardadas algunas de las más importantes colecciones del mundo en temas de arqueología, antropología, historia, linguística, artes, arquitectura, cine, estudios de género, economía, entre otros.

Relicarios Bogotá. Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Toda mi gratitud a los 5690 visitantes de RELICARIOS en el Museo de Artes Visuales de La Univerdad Jorge Tadeo Lozano, a su rectora, la Dra. Cecilia María Vélez, a la curadora Ana María Escallón, a Isabel Vernaza directora del museo, y a todas las personas que hicieron posible esta exposición, entre ellas a Diana Shool, Marcelo Díaz, Eliana Medina, y muy especialmente a Maria Adelaida Bohórquez por su esmero y entrega en el trabajo de restauración y montaje.

Finalmente, Gracias a Natalie López Valencia por su acompañamiento en este año de trabajo, y a Ricardo Hernández por sumarse al equipo con compromiso.

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Que el próximo año nos permita Lucere, brillar suavemente.



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